Una vez O. K. Bernhardt escribió "no olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos", no existe mejor frase para describir el inicio de la relación de Victoria y Alexander. Ella le quiso mucho antes de su primer beso, le quiso con la primera mirada. Desde entonces sabía que su mirada siempre viviría con ella, en ese rincón que tenía reservado para él. ¿Puede el amor perdurar años? ¿Alguna vez se supera el primer amor? Quizá una parte de ti siempre le pertenezca a esa persona. Hay alguien que siempre será quién te agita y te duele a partes iguales, el recuerdo al que recurres en un día de melancolía. Ese era Alexander. Esa era Victoria. Dos gotas de lluvia que, en medio de la tormenta, se reencuentran.